El museo Hanseático te muestra como vivían los mercaderes en Bergen y su forma de ganarse la vida. Se debían de quitar el frío a tortas. A mí me gustó bastante el museo, una casa de madera de un comerciante.

Lo que no me gustó fueron las camas, eran armarios (todas las mañanas salían del armario) y parecía que se acababan de levantar de unas “sabanas” amarillentas y revueltas. Ahhhh que repelús.

¿Inventaron los hoteles cápsula antes que los japoneses?

Los cruceros tampoco han inventado el camarote compartido para los trabajadores, bueno este es más amplio y ojito, si eres de los que duermes arriba, nada de ir de cervecitas, que el subir y bajar es telita.
El lugar es poco luminoso, así que tendrás que utilizar una ISO alta y un objetivo luminoso. Utilizamos una Canon 6D con un objetivo Canon EF 50mm f/1.8, normalmente no escatimamos en en la calidad del objetivo ya que es tanto o más importante que el cuerpo que utilices este caso es un objetivo muy, muy modesto pero nos da un juego increíble.

Lo de salir del armario, sí, también lo inventaron aquí y digo yo, si dormía en el armario, ¿donde guardaba la ropa?
Tampoco me moló mucho el bacalao petrificado que tienen colgado, para que veas como lo mantenían (el pobre tenía muy mala cara)

No parece muy apetitoso pero en realidad es como nuestro bacalao salado pero sin sal. Lo hidratan le quitan la piel y seguro que hacen algo «rico rico y con fundamento» que dice Arguiñano.
Museo Hanseático. Así se vivía en Bergen: no dejéis de hacer esta visita, es muy interesante y seguro que os va a gustar.
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