Carcasona con nuestro amigo peludo

Carcasona con nuestro amigo peludo. vista de la ciudadela nocturna

Carcasona con nuestro amigo peludo, por supuesto. Es esta una ciudad ubicada en la región de Occitania al sur de Francia, famosa por su impresionante ciudadela medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Durante la Edad Media, la ciudad fue un bastión clave para los cátaros, una secta cristiana considerada herética por la Iglesia Católica. Esta conexión histórica añade una capa de intriga a sus ya de por sí fascinantes murallas y torres.​

Carcasona con nuestro amigo peludo. Parte francesa de los Pirineos.

Viajar con mascota siempre tiene sus desafíos, pero también sus recompensas. Nuestro destino esta vez era Carcasona, esa ciudad de cuento en la región de Occitania, al sur de Francia. Partimos desde Huesca y cruzamos los Pirineos por el túnel de Biesca, entrando a Francia por un paisaje espectacular: montañas escarpadas, ríos cristalinos y pueblos pintorescos que parecían sacados de un cuadro. Estábamos emocionados por descubrir Carcasona con nuestro amigo peludo, nuestro fiel compañero de viaje.

El curioso misterio de los carteles al revés

En nuestra ruta hacia Carcasona, nos llamó mucho la atención un detalle extraño: todos los carteles que indicaban la entrada a los pueblos estaban colocados al revés, patas arriba. Aunque nos dijeron que era parte de alguna protesta, nunca supimos realmente cuál era la causa. Eso sí, sumaba un toque intrigante a la travesía.

Carcasona con nuestro amigo peludo: Entrada a la ciudadela de Carcasona

Carcasona con nuestro amigo peludo, en coche

Carcasona con nuestro amigo peludo: Danko en una trerracita

Íbamos a Carcasona con nuestro amigo peludo, por lo que realizamos el viaje en coche. Las áreas de descanso, conocidas como aires, están limpias, bien cuidadas y con todo lo necesario para reponer fuerzas, algo que en España a menudo brilla por su ausencia. Tras recorrer estas estupendas carreteras, tomamos dirección hacia Toulouse. Y, claro, no podía faltar el clásico atasco monumental. ¡Qué le vamos a hacer!

Llegada a Carcasona: el escape room nocturno

Llegar a Carcasona fue casi como un escape room en la vida real. La noche ya había caído y encontrar nuestro hotel fue una auténtica aventura. Estaba muy bien situado, justo al lado de la parte medieval de la ciudad. Eso sí, era un hotel un poco caro y con un diseño peculiar: tenía un cristal enorme que separaba la habitación del cuarto de baño. ¿Un show privado? No lo entendemos, pero ahí estaba.

Primera impresión de la ciudadela medieval

Carcasona con nuestro amigo peludo: vista nocturna de la entrada a la ciudadela

Aunque ya era de noche, la visión de la ciudadela iluminada fue simplemente impresionante. Las murallas, la puerta de entrada, todo desprendía un aire mágico. Es cierto que, con tantas tiendas de souvenirs y cafeterías, la esencia de los cátaros parece haberse perdido un poco, pero la belleza del lugar es innegable.

Carcasona con nuestro amigo peludo, un paseo por la ciudadela

calle de la ciudadela

Al día siguiente, ya con luz, nos lanzamos a explorar la ciudadela. Y aquí viene lo importante para quienes viajamos con perro: se puede entrar con tu mascota siempre que vaya atada. Así que allí estábamos, paseando con nuestro Golden Retriever de tres años y medio, un auténtico pan bendito: bueno, sociable, cariñoso, educado y, lo mejor de todo, no molesta en absoluto. Aunque es un perro grande, si va atado no hay ningún problema para recorrer la ciudadela.

Carcasona con nuestro amigo peludo: torre de castillo

La ciudadela es un laberinto encantador de callejuelas estrechas llenas de tiendecitas y rincones preciosos. Eso sí, si no eres bueno con la orientación, te puedes perder fácilmente entre tanta belleza. Pero perderse aquí es parte de la experiencia.

la ciudadela

Carcasona con nuestro amigo peludo. La parte complicada: comer con perro

vista a traves de una reja en la ciudadela historica

Uno de los momentos más delicados al viajar con un perro siempre es la hora de comer. En Carcasona, había un montón de restaurantes con terracitas, pero ese día llovía un poco y hacía frío. Preguntamos en uno de los restaurantes si podíamos entrar con nuestro perro y, para nuestra sorpresa y alegría, nos dijeron que sí.

Es algo que en España suele ser mucho más complicado, pero en Francia parece ser habitual. Nos trataron fenomenal y, aunque estábamos empapados por la lluvia, nos sentimos muy bien acogidos.

La visita al castillo: sin perro, pero vale la pena

interior del castillo

Hay algo importante a tener en cuenta: tu mascota puede pasear contigo por toda la ciudadela, pero no puede entrar al castillo. Así que, mientras uno de nosotros entraba a conocer su historia, el otro se quedó paseando con nuestro perro por las callejuelas medievales. No pasa nada, así ambos pudimos disfrutar de Carcasona a nuestra manera.

la ciudadela y el castillo

Carcasona es un destino que combina historia, belleza y una actitud amigable hacia las mascotas, lo que la convierte en una opción ideal para quienes viajamos con nuestros amigos peludos.

muro en la ciudadela

También te puede interesar en Francia: Alsacia

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.